Cuando uno va de romería por estas tierra de Andalucía, lo primero que descubre es que el caballo es elemento imprescindible de las mismas. El caballo por su propia belleza es un sujeto fotográfico de primer nivel, eso no lo duda nadie. Sin embargo un servidor, buscando siempre la originalidad fotográfica, no se ha fijado en el tronío y porte del animal, no, más bien me he ido a sus cascos, a sus patas, al polvo que levanta, excepto en las dos últimas fotos, claro está. Bueno, vean, vean....
Saludos a tod@s.
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